Las agrupaciones musicales en México, son tradición ancestral que se remonta a los periodos precortesianos recordándonos que la música formaba parte fundamental de la vida de los pueblos indígenas. Así lo señala el especialista en etnomusicología, Julio Herrera López.
Particularmente idiófonos, membranófonos y aerófonos conformaron su universo sonoro, que en múltiples combinaciones se hacían presentes en rituales, ceremonias, festividades y momentos de la vida que se consideraban importantes; así lo religioso, lo militar y lo civil determinaban la presencia de grupos musicales.


En el periodo virreinal la introducción de instrumentos militares como trompetas, pífanos y tambores fueron secundados por vihuelas, violas, arpas y rabeles, entre otros instrumentos de cuerda también traídos del viejo continente. Fiestas, procesiones, recibimientos y celebraciones especiales eran precedidos por agrupaciones musicales numerosas, conformándose así, las primeras bandas indígenas y españolas de la Nueva España, en donde los clérigos se encargaron de la difusión de instrumentos y géneros musicales europeos, contemplando también la creación de talleres de construcción, siendo fray Pedro de Gante uno de los primeros fundadores (siglo XVI).
Para 1547, la iglesia contaba con la mayoría de los músicos instrumentistas y cantadores distribuidos para su servicio en eventos religiosos y festivos, surgiendo para esa época el sacabuche, considerado como antecedente del actual trombón que junto con el oboe y el fagot en el siglo XVIII, popularizó su uso sobre todo en la música religiosa.

En 1910 se crea la clase de instrumentación para bandas militares en el conservatorio, y fue Porfirio Díaz quien encargó su creación y la instrucción musical pública, siendo Oaxaca, Morelos y Michoacán los estados con mayor auge musical en esa época.
1920 se distingue por la creación de la inspección de músicos militares, la cual desaparece años después y con esto muchos músicos militares de banda se incorporaron a las bandas civiles, comenzando así una nueva época en la historia de las bandas en México, tradición que ha encontrado un arraigo importante a lo largo y ancho de nuestro país y de manera destacada entre el pueblo mixe de Oaxaca y el purépecha de Michoacán. 


Fuente: Cdi.Gob.mx